INTRODUCCIÓN:
Existen muchas ilustraciones bonitas de cómo será el cielo. Un lugar lindo, sin sufrimiento, sin dolor y muerte. Pero una de las promesas más bonitas está en Zacarías 8:5 que, hablando sobre Jerusalén restaurada, y también podemos aplicar a la Nueva Jerusalén, dice así: "Los niños y las niñas volverán a jugar en las calles de la ciudad".
Todos deseamos estar pronto en la Nueva Jerusalén. Pero, ¿qué falta para estar listos? Debemos ser fieles en toda prueba (Apoc. 2:10).
Debemos ser fieles a la Biblia, obedecer lo que está escrito en ella.
Veamos Marcos 10:13-16.
El Reino de Dios es de los niños y niñas, y también de aquellos que tienen corazón de un niño. Pero, ¿cómo podemos entender esto?
La Biblia habla varias veces sobre niños. Ellos tienen muchos defectos y también muchas virtudes. Efesios 4:14; I Corintios 14:20; I Pedro 2:2; I Corintios 3:1, 13:11; Lucas 9:48; Mateo 11:16-17; Lucas 1:66.
En Mateo 18:2-6 (BDA) Jesús dijo claramente a los discípulos "a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos".
En el libro El Deseado de Todas las Gentes (DTG), página 472, leemos que de aquellos niños llevados por las madres para ser bendecidos por Jesús, algunos "ya habían pasado de la infancia a la niñez y a la adolescencia". Entonces, además de niños, Jesús tenía alrededor suyo también a juveniles y adolescentes.
En los niños alrededor del Maestro, "Jesús veía a los hombres y mujeres que serían herederos de su reino, algunos de los cuales llegarían a ser mártires por su causa". DTG, p. 473.
La mejor parte de la infancia
"La razón por la cual hay tantos hombres y mujeres de corazón duro en el mundo es porque el verdadero afecto ha sido considerado como debilidad, y ha sido desalentado y reprimido. La mejor naturaleza de estas personas fue ahogada en la infancia; y a menos que la luz del amor divino derrita su frío egoísmo, su felicidad quedará arruinada para siempre". DTG, p. 475.
¿Cuál es la mejor parte de la infancia que está ahogada y olvidada?
De ahora en adelante, son los niños y los juveniles que por medio de sus características, serán los maestros para todos nosotros:
1. Todo es posible
La primera característica de la infancia, es que para ellos todo es posible. Un niño dijo que cuando crezca quiere ser: astronauta, buceador y pastor. El adulto cree que eso es imposible, pero para el niño es perfectamente normal. Para ellos no existe la palabra: imposible. Y para Dios tampoco, porque "para Dios nada es imposible". "Todas las cosas son posibles para Dios".
Es hora de que nosotros adultos volvamos a creer en milagros y en el poder de Dios. Él puede cambiar nuestra vida completamente, por eso tachemos la palabra "imposible" del diccionario.
2. Franco y espontáneo
Los niños y juveniles son francos y espontáneos. No pueden disfrazar la decepción o la tristeza. No mienten para agradar a los demás.
El niño que recibe como regalo de cumpleaños "un short verde con lunares amarillos" dirá claramente: "no me gustó". Un adulto que recibiera un regalo como ese, diría: "Muchas gracias, era justamente lo que estaba necesitando".
Al encontrar a una persona con quien no simpatiza, un adulto tal vez diría: "Mi amigo, ¿Cómo te va? ¿Está todo bien?", pero por dentro estaba con deseos de "apretarle el cuello" más que lo necesario.
Debemos volver a ser francos y espontáneos, pero claro que con tacto y educación en las relaciones, sin mentiras.
3. Vive tus sueños
Si observas a un niño jugando, notarás que el ruido del auto patinando o la música cantada para hacer dormir a la muñeca es la pura realidad. Él no es dueño del auto, ella no es madre de ningún bebé, pero ambos viven anticipadamente esa realidad.
Muchos adultos ya no sueñan con el regreso de Jesús. Ya es hora de vivir ese futuro glorioso desde ahora.
4. Imita a tus padres
Es natural que a todo niño le guste imitar a su padre o madre. Ellas quieren peinarse como la madre, usar sus zapatos, cruzar las piernas como el padre. Éste puede ser feo, alcohólico o perezoso, pero sus hijitos no sienten vergüenza de andar tomados de la mano de su "papito".
Los adultos deben aprender a imitar al "papá del cielo"; no tener ninguna vergüenza de mostrar a los demás quién es Dios.
¿Cuántos cristianos por ahí sienten vergüenza de decir que son cristianos? ¡Es una vergüenza!
5. Perdona fácilmente
A veces sucede que dos niños estén peleando con tal violencia que parece el comienzo de la tercera guerra mundial. Es necesario actual pronto para separar la batalla. Pero algunos minutos después, allí están los dos juntos, jugando y compartiendo el mismo juguete como si nada hubiera sucedido.
Después que llegamos a ser jóvenes y adultos, llevamos muy en serio las discusiones y malentendidos. Nos es muy difícil perdonar y olvidar. Hay gente que guarda resentimientos y heridas en el corazón durante años y se va envenenando con ese sentimiento diabólico cada vez más. Debemos aprender a perdonar fácilmente.
6. Es perseverante
Es impresionante lo que hace un niño para obtener lo que desea.
Para aprender a andar, andar en bicicleta o en skate, se cae y se levanta decenas de veces. Inclusive puede llorar, pero no se rinde.
Pocos de nosotros los "grandes" somos tan perseverantes. Nos desanimamos muy fácilmente.
Puede ser que hoy tengamos a aquí a alguien que casi está rindiéndose en su lucha contra el pecado. Tal vez ya caíste tantas veces que estás desanimado. No te rindas. Vuelve a ser "Fiel en toda Prueba". Recuerda: "el que persevere hasta el fin, ese será salvo".
7. Se alegra con poco
Puede ser que los padres vean que los juguetes de los niños son caros, pero los juguetes de los adultos son carísimos. ¿Cuánto cuesta una computadora? ¿Un televisor de 40 pulgadas o más? ¿Una heladera con "luces" y "silbatos"? ¿Un equipo de sonido con 500 watts de potencia? ¿Un auto con aire acondicionado, dirección hidráulica, freno ABS, air bag y otros "bichos" más?
Un niño se alegra con una hoja de papel y algunos lápices para dibujar. Una niña puede sentirse muy feliz por recibir muchos regalos en su cumpleaños; pero al día siguiente es capaz de pasar horas jugando con la misma muñeca vieja de trapo sin cabeza.
Dejemos de ser tan exigentes para alcanzar la felicidad. Necesitamos vivir una vida sencilla. No es la cantidad de cosas y cachivaches que tenemos lo que nos dará alegría. Por el contrario, cuanto menos cosas, más libertad, tiempo y dinero tendremos para invertir en el Reino de los Cielos.
8. Despreocupado con el mañana
"No os preocupéis con el mañana". Los juveniles no sufren anticipadamente porque mañana puede llover, si van a tener comida o no, si van a tener sueldo, etc. Ellos viven diariamente lo máximo que pueden. No están preocupados con los intereses, con las deudas, con la bolsa de valores, con el impuesto de renta. Los niños tienen más que hacer. Tampoco están preocupados en impresionar a las personas con ropas de la moda y autos último modelo.
Nuestra preocupación no debería ser: "qué están pensando las personas de mí", sino "¿cómo puedo agradar a Dios?"
9. Alabanza Perfecta
"En los labios de los pequeños y de los niños de pecho has puesto la perfecta alabanza".
Mientras los adultos cantan en la iglesia con "tanto ánimo", como si estuviesen yendo al propio funeral, los niños cantan: "la lluvia cae ping, ping, ping", con tanto entusiasmo que es capaz de comenzar a llover en ese mismo instante.
¡Qué ánimo y emoción es ver la escena de todo el Club cantando: "Conquistadores somos, los siervos del buen Señor".
10. Cree en todo
Cuando aún era niño, me gustaba pasar un buen tiempo debajo de un ciruelo amarillo de mi bisabuelo, comiendo hasta hartarme. Pero él no quería que yo comiera de uno que había al lado de su casa, justamente porque tenía las ciruelas más grandes. Por eso me prohibía, diciendo que si comiese y tuviera la mala suerte de tragar la semilla, entonces me nacería un ciruelo en la espalda. Debo confesar que varias veces me ponía frente al espejo para ver si aparecía alguna rama en la espalda.
Los niños creen en todo. Pero nosotros adultos dudamos de todo. Dudamos hasta de Dios. Volvamos a confiar en todas las promesas de Dios, seamos fieles a la Biblia.
Ya vi a niños orando para que Dios envíe lluvia, y ya vi a niños orando y la tempestad amainando en el mismo momento. Porque ellos tienen fe, pueden mover inclusive las nubes.
En 1212 sucedió la trágica "cruzada de los niños". Las Cruzadas eran expediciones de cristianos armados que viajaban desde Europa hasta Jerusalén para libertad a la ciudad del dominio de los musulmanes.
En 1212, se reunieron millares de niños y adolescentes venidos de Alemania y Francia, guiados por dos niños de 10 años de edad, uno alemán y el otro francés. Todos estos niños tenían el sueño de conocer la Tierra Santa, de libertar la ciudad de Jerusalén. Pero ninguno llegó a la Tierra Santa. Casi todos murieron en medio del camino, de hambre y frío. Muchos murieron al intentar cruzar las montañas heladas de los Alpes, otros murieron ahogados durante tempestades marítimas, fueron vendidos como esclavos de los musulmanes o fueron destruidos. Pocos pudieron volver a casa.
Todos estamos en una gran marcha rumbo a la Nueva Jerusalén. Sólo entrará en la Santa Ciudad, el que tenga corazón de niño. Sólo entrarán en el Reino de Dios los que creen totalmente en Jesús, quien todo lo puede, aquellos que son espontáneos, verdaderos, honestos, que viven hoy el sueño de la eternidad, que imitan al Padre Celestial, que perdonan con facilidad, que son perseverantes hasta el fin, que se alegran con poco, son sencillos y despreocupados con el mañana, que alaban al Señor con todo el corazón y el alma y confían enteramente en las promesas de la Palabra de Dios.
Así, nuestra jornada cristiana no terminará en tragedia, sino en una alegría sin medida, cuando finalmente encontraremos al Señor Jesús, viniendo a buscarnos.
Pr. Udolcy Zukowski
Ministerio Joven
Unión Central Brasileña
Sugerencias:
1) Distribuye los textos bíblicos para que los conquistadores lean juntamente contigo en el sermón.
2) Haz placas o afiches para cada característica de la infancia. Cada conquistador levanta su afiche (uno a la vez), y lo bajará cuando se pase al siguiente ítem. Finalmente, levantan las 10 placas para el llamado final.
3) Añade ejemplos vividos por tus hijos o conquistadores, en las características de la infancia.
4) Escoge himnos apropiados del himnario, para ser cantados.
5) Escoge para las partes especiales, músicas sobre niños.
6) Haz una tarjeta y permite que los conquistadores la entreguen a la salida. Coloca el siguiente texto:
Oración – Corazón de Niño
Señor, deseo volver a ser puro, así como cuando era niño.
Deseo entrar pronto en la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén.
Por eso, ayúdame a creer en lo imposible, porque tú puedes todas las cosas.
Quiero ser más espontáneo, verdadero y honesto.
Necesito soñar más con el cielo; imitarte a ti Padre mío, y perdonar fácilmente a cualquier persona.
Necesito alabar al Señor con todo el corazón y el alma;
Alegrarme con lo poco que tengo, y vivir despreocupado con el mañana.
Llegar a ser fiel en toda prueba y perseverante hasta el fin; hasta el regreso de Jesús.
Amén.