MOTIVACIÓN

¡Vive la Emoción!
En la antigua serie del Chavo del Ocho, se lo ve frecuentemente platicando con Kiko, en su humorística infantil, cuando planean hacer algo, el Chavo se emociona tanto que hasta patalea y expresa todo lo que podría hacer, pero al final no hace nada. Se traba completamente. Esto, a Kiko lo “desespera”.
Hay una ola de emoción que no tiene bases fuertes y sólidas para resistir los vientos de cambios que soplan contra aquellos proyectos que planifican. El Chavo vive la emoción del momento, pero rápidamente se le pasa.
Esta serie, de alguna manera, ilustra situaciones reales que alguna vez nosotros mismo hayamos pasado. Cuando éramos niños nos acostumbraron a vivir de emociones, sueños e ideales. Pero cuando fuimos adultos, nos dimos cuenta de que los sueños e ideales se alejaban un poco más de la realidad. Me pregunto, ¿no será que nuestras emociones son muy débiles y cambiantes como las del Chavo del Ocho? Al inicio son emociones explosivas, pero sus fuerzas se reducen a casi nada con el correr del tiempo. O quizá, ¿será que no manifestamos una emoción genuina por lago, porque realmente, no existe ese algo?
En primer lugar, considero muy importante que identifiquemos un sueño, una meta, un ideal. Luego, contemplémonos a nosotros mismos alcanzando esa meta, ese ideal, y ese sueño. Saboreemos los privilegios de esos logros por anticipado con la imaginación.
Propongámonos fijar nuestra mente en un ideal; afanémonos por la perfección y renunciemos a la mediocridad. Seamos rebeldes contra el conformismo. Y veremos dentro de nosotros ese “resorte misterioso de un ideal”. Esto, como lo decía José Ingenieros, “es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones”. Y si realmente queremos lograr ese ideal, cuidemos no perder nunca la emoción de querer alcanzarlo.
Es posible que tu emoción no la sientan los demás, pero tú, vive la emoción de ir en busca de un ideal. Persigue ese sueño. No despiertes al frívolo lamento de los perdedores. Sueña, y sigue soñando hasta el amanecer de tu hermosa realización. Sigue tras esa meta sin declinar.
Cuando se te anuda la garganta por escuchar cómo los grandes del pasado alcanzaron su ideal; cuando te inspiras al contemplar a Jesús que con mucha pasión cargó la cruenta cruz, o reflexionas en las hogueras humanas que iluminaban el sitio de la noche de San Bartolomé, muriendo por un ideal, es posible que se acelere la circulación de la sangre y tu pecho lata más fuerte. Cuando te abstraes en lo infinito leyendo los sapienciales de Salomón; o cuando el corazón se te estremece al observar el amor de Dios; “cuando tus sienes se hielan de emoción al declamar una estrofa de Musset que rima acorde con tu sentir”; y cuando en suma, admiras la mente preclara de los genios, la sublime virtud de los santos, la magna gesta de los héroes, y la creatividad del que hizo el universo con belleza real, es entonces cuando tu pecho se llena de esa emoción sublime que te da alas para volar.
Los demás, tal vez no sientan tu éxtasis. Quizá no sueñan ese amanecer brillante que sueñas tú. No miran esa gloria esplendorosa de un ideal conquistado como el que ya acaricias tú. Es de pocos esa virtud de vivir la emoción de la conquista de un ideal. No todos sueñan. No todos quieren soñar. Muchos no cierran sus ojos para ver lo invisible de las posibilidades reales de un excelso inasible.
Pero tú, como un buen visionario, fija tus ojos en el cielo, mira las estrellas, apunta hacia el sol, respira profundo, y proponte alcanzar las alturas más grandes de la vida. Pero no olvides, que el lugar más alto y sublime al que un ser humano puede llegar, es a los pies de Jesucristo. Que ese sea tu mayor ideal. ¡Vive la emoción!

Hola..... .
Un maestro quería enseñarles una lección especial a sus alumnos, y para ello les dio la oportunidad de escoger entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, uno de cuarenta y uno de treinta.
A los que escogieron el de treinta les puso una "C", sin importar que hubieran contestado correctamente todas las preguntas.
A los que escogieron el de cuarenta les puso una "B", aun cuando más de la mitad de las respuestas estuviera mal. Y a los que escogieron el de cincuenta les puso una "A", aunque se hubieran equivocado en casi todas.
Como los estudiantes no entendían nada, el maestro les explicó:
"Queridos alumnos: permítanme decirles que yo no estaba examinando su conocimiento sino su voluntad de apuntar a lo alto".
Nuestra meta como seres humanos debe ser siempre apuntar a lo alto !, no solamente en nuestros proyectos de vida tales como profesion, estudios, negocios e.t.c, sino tambien fijarnos la meta en aquello que tiene aún mas valor.
Filipenses 3:14
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús
Habacuc 3:19
"El Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar."
Salmos 93:4
"Dios en las alturas es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más que las recias olas del mar"
Job 16:19
"Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas
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